viernes, 13 de marzo de 2015

¿Y QUE ES EL AMOR?


Decía la madre Teresa de Calcuta “Ama hasta que te duela… si te duele, es señal de que lo estás haciendo bien”

¿Y qué es el amor?... te preguntas cada día y no tienes la respuesta… quizás te envuelves en la ilusión de vivir en un mundo de fantasía… quizás tienes la necesidad de sentir que tienes el amor en tu vida… quizás, también, la soledad te hace idealizar momentos que se vuelven utopías… y caminas por ese sendero que te lleve a encontrar esa alma solitaria que te hará revivir instantes de alegría… de risas… de sueños… el amor… dos palabras que se leen fáciles y piensas que de igual manera las puedes descifrar… pero no, el amor no se basa en las necesidades… el amor no es amor cuando lo esperas por la carencia de una compañía… el amor no es carencia… el amor es ilusión perenne, es magia, es fijar la mirada en los ojos del ser amado y adentrarse en su alma… es compartir cada instante de la vida… el amor verdadero no es una utopía… ¡Es una realidad! Y no se basa en las mentiras… ni en los chantajes… ni en encerrarse en ese mundo de cristal en donde los deseos se pierden y te adentras en un laberinto de mentiras… El amor para que sea amor tiene que doler… tiene que sentirse… el amor para que sea verdadero tiene que calar la piel… debe tener la inocencia de un niño… la caricia de una madre… la suavidad del beso que se deja en la comisura de los labios… es cuando quieres comerte al mundo de un solo trago… el amor debe erizar la piel y penetrar en los sentidos hasta desfallecer… y que el corazón sea un tumulto de latidos cuando sientas la cercanía… ¡Eso es el amor!... Y para que sea cierto acércate a tu madre y contempla su mirada… nota en sus ojitos como brillan sus pupilas cuando te mira… acerca las distancias y emerge en su alma para que sientas la inmensidad de su sentir… ¡Y cuenta las arrugas de su frente!... mira la calidez de la piel de sus manos y observa cómo se vuelven mágicas cuando te acarician la tez… observa cómo se vuelven manos etéreas como alas de mariposa… ¡Níveas… suaves… amorosas!... ¡Eso es el amor!... la palabra divina que enaltece los sentidos… que se vuelven sublimes… que te elevan a las alturas y se inunda la piel de placidez… ¡Como la brisa del mar que te refresca!... como la luz del sol que te cobija y te llena de calor… El amor, para que sea verdadero tienes que sentirlo… tienes que vivirlo y sobre todo tienes que iluminarlo de verdad… de luz… de ilusiones y esperanzas y de esos pequeños rayitos de luna que son esos detalles... pero, el único y verdadero amor es de una madre… sublime y bello…

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